Siempre me sentí atraída por la escultura. Comencé a investigar de manera autodidacta, coger un trozo de material con las manos y sin pensar dejo que estas fluyan…
Creando figuras estilizadas, aladas, livianas, que habitan el espacio con una necesidad intrínseca de movimiento de volar de libertad.
El hierro, fuerte material que al ponerlo en contacto con el fuego, pasa del gris al rojo cereza. Momento ideal para martillearlo, comenzando así su transformación y el acto de creación.